Una Escritora Nocturna

SESENTA MINUTOS Desperté en una habitación blanca, tan iluminada que era incomprensible que no tuviera ventanas ni lámparas o focos de luz. No tengo idea como llegué aquí, mi vista está algo borrosa pero no me siento ni ebria ni drogada. En Frente de mí, divisé una silueta que se fue aclarando a medida que mi visión se ajustaba a la luz. Papá sos vos.. Me sonrío levemente, notaba sus ojos humedecidos pero aguantando el llanto. Detrás de él había un reloj de pared, aunque digital, pero algo extraño, la hora que muestra no tenía sentido: 58:00, luego 57:59. Claro, no es un reloj, es un temporizador. A los 56 minutos dejé de mirar el suelo y me animé a hablar: - Quedan 56 minutos para que? - Para que se acabe mi tiempo acá – me respondió, y agregó – Pero, mientras podes preguntarme o decirme lo que quieras. Que decir, todos los días me tomo unos minutos para programarme en no extrañarlo tanto, para tener una vida normal, o lo más parecida a una. No quiero sentirme débil, no quiero admit

  Dia de la madre ❤️ Ayer la vieja me mandó un táper con tomatitos en ajo y su mayonesa casera, no me da vergüenza admitir que los comí con pancito y sin convidarle a nadie. La comida de mamá es la comida de mamá, eso no se discute. Es que Tiene algo especial que no puede tener otra, porque... ¿qué otra comida va a tener el aroma de un domingo al mediodía, de todos tomando mate, de cantar llevandole uno al viejo que está haciendo el asado? ¿Qué otra comida va a tener el sabor de una tarde después del Cole, de llegar a casa, encontrarse a papá y mamá tomando mate y comiendo sandwichitos de fiambre? Mi mamá no me mandó un táper con comida, me regaló un puñado de nostalgia. Me dejó verla concentrada, preparando la mayonesa, a mí y al viejo, ya con el pancito en la mano, listos para probarla.  Me obsequió el verme a mí misma y a mis hermanos, mirándonos con complicidad mientras ella nos retaba porque alguien "le asaltó la heladera", hasta puedo escucharnos riéndonos por lo bajo p